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29 jun 2014

4 cosas que he aprendido esta semana.


1. Que FRANK GHERY ,conocido entre otros por su proyecto del Guggenheim en Bilbao y la inminente nueva sede de Facebook en California, parece un buen tipo. No es que en mi insana fijación con los arquitectos me haya tomado más de un vermouth con él (not yet), pero es lo que parece leyendo esta ENTREVISTA (que por cierto emula el formato tono cercano-erudito-retrato abstracto de El País en sus años mozos de calidad periodística).
De camionero a icono de la arquitectura.

«Mi esposa es panameña y en mi casa se habla en español»


2. Que la CALLE PONZANO de Madrid es la calle con mayor números de bares de toda Europa. En el Ecuador de mis estudios sociológicos de este hábitat os diré que merece la pena dedicar unas cuantas tardes a recorrérsela de arriba a abajo. En la mayor parte de los bares podréis disfrutar sin tregua de aperitivo con cada caña (odio beber a palo seco), precios más que razonables, público burgués de entre 22 y 83 años. Mis favoritos:

- Sala de Despiece: por su original y quizás tétrico concepto decorativo y una tangible calidad en la elaboración. Cuando entras en el local un camarero se encarga con precisión quirúrjica de buscarte sitio en la barra (no hay mesas)
- La Parroquia: haciendo esquina con Bretón de los Herrerros 16, no solo es un rincón arquetípico para los amantes de la rapidez en el servicio y las cañas de exactamente un dedo de espuma, sino que también su curioso ventanal abierto a la calle te permite sentarte en el interior del bar y estar con medio cuerpo en la calle, una  mini pseudoterraza en la que soñar despierto vaya.



3. Que los aros de los cuellos de las mujeres jirafa no es que hagan más largos los cuellos, puesto que lógicamente las vértebras tienen limitada su extensión , sino que son las clavículas las que al hundirse por la presión del metal del aberrante collar generan un efecto óptico de alargamiento de la figura.



4. Que a los que nos da por jugar a ser Descartes, buscando evidencias de la poética verdad, escudriñando y  aquilatando nuestras decisiones , buscando cameos puntuales con Don Quijote en su lucha contra molinos (eufemismo de hipocresía ), al final nos sale cara la filosofía.



Os invito a ser partícipes con vuestros comentarios,  de este nuevo carrusel semanal de ideas y reflexiones, que con suerte nos conducirán a cerciorarnos de que nunca debemos acostarnos sin aprender nada nuevo.
Una media de 0.57 ilustraciones por día, ¿cuáles son vuestros 4 nuevos aprendizajes de la semana?


15 jun 2014

5 motivos por los que sufrirás síndrome de Estocolmo en Madrid

Se han escrito ríos de sangre bloguera con entradas como esta: "10 terrazas con glam en Madrid a las que culpar de tu melopea", "6 indicios de que en Madrid también hay paro", "15 señas de identidad del madrileño sin antecedentes penales", etc etc etc
Cuando comencé a escribir este blog, me prometí a mí misma no caer en los listados, en las recetas; pero señores , también pensaba hace poco que yo nunca me convertiría en una  casi cougar , y bueno... 

La entrada de hoy gira en torno al amor romántico-obsesivo que Madrid inspira, Madrid bella y eterna, Madrid cuna y lápida, dinámica, trendy, clásica, geométricamente perfecta, impertérrita a los malos tiempos. Podría ser más grande pero nunca más pequeña. Razones por las que esta ciudad te atrapa y hay periodos en las que enigmáticamente no quieres o no sabes alejarte de ella, te sobra y te basta, sobredosis de cemento bien llevada.
Pasta, vida social y cultura, los tres pilares jónicos del urbanita del siglo XXI.

1. LA PELA ES LA PELA
Que ya lo dicen los colegas catalanes. En Madrid puedes hacer y deshacer a tu antojo por poco dinero, sí así os la suelto. Admitamos que pocas capitales del mundo tienen una calidad alta en sus recursos de ocio que resulten accesibles a todos los bolsillos, pocas grandes ciudades te permiten vivirla de verdad, porque las capitales son para vivirlas no para mirarlas
¿Quieres garitos elegantones? No hace falta que vendas tu alma al diablo para entrar ni que te hipoteques para pagar las copas o el aparcacoches. ¿Quieres cenar con nivel? La oferta de restauración es infinita, casi tanto como las cifras de la nómina de la Infanta Leonor .



2. PODER HACER EL walk of shame DE LUNES A DOMINGO
Ambiente non stop señores, que eso de la ciudad que nunca duerme en realidad se inventó para Madrid pero resulta que en la gran manzana fueron más rápidos que nosotros. Tus habilidades sociales no son nada hasta que no pasas por la Villa.

An intelligent man is sometimes forced to be drunk to spend time with his fools. Ernest Hemingway

3. JUGAR A SER JAPO.
Hacer turismo dentro de tu propia ciudad no tiene precio, rincones aun desconocidos, olores nuevos que sentir, historias que reescribir, panorámicas infinitas de una urbe donde soñar convertirse en gaviota ...

El que emplea demasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en su propio país. René Descartes

4. EL SABER SÍ OCUPA LUGAR
¿Quieres ahogarte en la agenda cultural? De gratis lo que quieras: conferencias o jornadas de excelente nivel en las que cultivarte haciendo networking y con cocktail incluído, ir al teatro (al de verdad me refiero, al que te hace pensar, vibrar ... ) previo vinito por menos de 20 euros está más que garantizado, carteleras de cine de todos los colores y sabores.


Escultura inspirada en "El Desasosiego" de Pessoa; entre la angustia, la nostalgia y la aceptación del caos
Cello blanco en oscuridad absoluta de la inquietante exposición de la brasileña Sandra Cinto
En el imprescindible Matadero Madrid

5. CONVERTIRSE EN EL HOMBRE/ MUJER RENACENTISTA DE DA VINCI.
Y es que Madrid es como Harvard, te conviertes en el ejemplo de lo docto con cualquier actividad que decidas emprender sobre la argamasa; todo es difícil y fácil a la vez. Conducir y aparcar aquí es estar preparado para hacerse un F1, ligar aquí es convertirte en Matahari y desarrollar una memoria RAM de más de 8GB, lograr orientarse aquí te deja el cerebro preparado para participar en el Saber y Ganar de Jordi Hurtado. Cuando salgas "por ahí", notarás la diferencia ...


verdes y grises