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17 may 2014

Trueque

El cabeza de lista del Partido Popular (PP para los colegas) en las elecciones europeas 2014, el señor Arias Cañete conocido como nuestro ex Ministro de Agricultura, se lució hace un par de días con su "si haces un abuso de superioridad intelectual con una mujer en un debate parece que eres un machista "
Analicemos: superioridad, abuso, mujer, machista, personaje público.

Sacando de contexto esta declaración claramente no muy afortunada, podría parecer que este inofensivo señor (que guarda parecido razonable con el abuelo de Heidi) es un descarado sexista, un estandarte de la derecha más rancia y que su concepto de igualdad de derechos fundamentales entre hombres y mujeres está un pelín distorsionado... Sin embargo si emplazamos este alegato en contexto, con su negativa a retractarse a posteriori ante los medios o fingir acaso una negligencia discursiva, todo ello abrazado por artificiales defensas de sus compañeras militantes féminas ... ah pues sigue pareciendo lo mismo: que es un rancio, que es machista.
Y es que  hay disertaciones que rebosan complejos y las hay que rebosan valor:


Por cierto que Cañete tiene 64 años, y según investigaciones médicas, la demencia senil aparece después de los 65 años, representa el 98% de los casos. Pero tiene poder, vaya si lo tiene.

Hablando de poder, es inevitable no sacar a la luz el más que merecido fanatismo televisivo que genera entre su público devoto la serie de concisas intrigas, ente la fantasía y la realidad "Game of Thrones". Si la mítica "Breaking Bad" en su impecable argumentación de la doble moral , nos regalaba la moraleja acerca de la importancia de ser consecuentes con las decisiones que uno toma en la vida, "Juego de Tronos" nos habla de poder, de los peajes que se pagan en el camino para obtener ciertos privilegios.


Y es que peajes hay que pagar siempre, si lo que uno quiere es ir por las mejores carreteras, o si nos ponemos reduccionistas, simplemente ir por carreteras, al menos para seguir circulando a la velocidad que se nos antoje. De precios a pagar y trueques:

- Abnegación a cambio de excelencia, más allá de la idealizada bibliotecaria moderna de Murakami.
María Moliner que a sus 50 años decidió casi desde la sombra invertir casi dos décadas en la elaboración del diccionario homónimo a su nombre.

- Riesgo a cambio de trascendencia, Buonarrotti y los burdeles.
O de como en los frescos de la Capilla Sixtina se mofa del Vaticano en una elegante puesta en escena de la obscenidad

- Soledad a cambio de principios, de elegir entre prostituirse socialmente o abocarse al ostracismo.
"Misántropo", obra de teatro de Miguel del Arco, que tras verla recientemente en el Teatro Español, no tengo más que reverencias para su contundente guión y sus insuperables actores de Kamikaze Producciones. Románticos que censuramos resignadamente la mediocridad.





1 comentario:

  1. Hace poco más de un año, falleció la Dama de Hierro, que es como se vino a denominar a Margaret Thatcher, la que fuera primera ministra del Reino Unido, durante los años 80 del pasado siglo. Al mismo tiempo, coincidiendo su mandato con el de la Thatcher, estuvo gobernando el país más poderoso de la Tierra, un actor de Hollywood en su mejor papel, Ronald Reagan. Ambos, junto con el Papa Wojtyla, llevaron a cabo la misión para la que vinieron al mundo: llevar la Humanidad al desastre actual. Ambos presidentes, sin ninguna moderación moral por parte del Papa Residente, obsesionado con derribar el Telón de Acero y acabar así con un modelo que sirviera de contrapeso al ultra liberalismo que se estaba gestando en USA y el Reino Unido, dictaron medidas económicas que propiciaron la ambición desmedida en Wall Street y el desmantelamiento paulatino del Estado del Bienestar y la puntualidad "británica" de los trenes privatizados, consiguiendo así que la clase media comenzara a desaparecer, poquito a poco y fuera imponiéndose la ley del más fuerte, del más ambicioso... como si eso fuera la modernidad y no la vuelta a las cavernas.
    Pues bien, estos dos personajes, Reagan y la Thatcher, fallecieron con Alzheimer, que, durante años, les mantuvo fuera de la escena pública hasta el día de su muerte. Y me pregunto yo: ¿Dictarían o firmarían leyes durante ese tiempo los máximos mandatarios del mundo mundial cuando ya era visible entre sus más cercanos los primeros síntomas del Alzheimer? ¿Se hubiera atrevido alguien en el Partido Republicano estadounidense o entre los Tories británicos a dar la voz de alarma de que estaban apareciendo los síntomas de esta enfermedad en su Presidente o en su Primera Ministra? ¿No será este mundo, cada vez más deshumanizado, injusto, violento y cruel, fruto de las mentes seniles de dos enfermos y un anciano polaco deteriorado por un intento de asesinato , que le produjo un deterioro físico evidente, y quién sabe si intelectual también? ¿No se aprovecharían los asesores de estos tres personajes del carisma y el poder de estos tres personajes, para implantar leyes que les permitieran hacer y deshacer, preservando así sus privilegios e intereses?

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